Uno se pregunta muchas cosas cuando está viendo un partido de tenis (especialmente si se trata de uno de esos que duran varias horas). Desde “¿a quién se le ocurrió lo de dar a una pelota con una raqueta?” hasta “¿por qué es tan difícil llevar la cuenta de la puntuación?” pasando por “¿es necesario que griten tanto al de darle a la bola?”. Pues bien, nosotros nos hemos puesto a buscar respuestas y hemos dado con algunas bastante curiosas. Atentos.
En la Francia medieval ya se organizaban partidos de un antepasado del tenis llamado “jeu de paume” (juego de palma), que se jugaba con las manos desnudas o unas raquetas rudimentarias. En este juego se basó el galés Walter Clopton Wingfield para crear en 1873 el sphairistike
(que en griego significa “juego de pelota”). Como os podéis imaginar
este original nombre era un poco complicado de pronunciar, así que se
optó por utilizar la palabra francesa “tenez”, que venía a significar “¡ahí va!”
y se decía en el momento de hacer el saque en honor a los orígenes del
deporte. Poco a poco la expresión, modificada por lenguas inglesas,
acabó transformándose en “tennis”.
Sin embargo para otros el cambio no sé debió a algo tan vulgar.
Opinan que Wingfield buscó otro nombre inspirándose en la tenisca: la
cinta que los romanos utilizaban para dividir los terrenos de juego en
dos mitades. Esta teoría no es muy popular hoy pues se cree que fue
inventada para negar los orígenes galos (en aquella época había esas rivalidades).
A decir verdad el del origen del nombre no es el único asunto
complejo. Si sois novatos en esto del tenis os llamará mucho la atención
su sistema de puntuación (15, 30, 40). Se basa en el modo de medición del sextante.
Sí, ese instrumento de navegación de forma triangular que mide la
posición del sol en el cielo. Sus primeras medidas son las de 15º, 30º y 45º.
¿Por qué precisamente una puntuación basada en la geometría y las
medidas? A falta de una, hay tres teorías que tratan de explicarlo.
1. La teoría del círculo: buscando la forma de puntuación perfecta se pensó en la más perfecta de las formas, el círculo. Imaginad que un set tuviera forma redonda: cada set estaría dividido en seis partes (un “sextante” de ese círculo). A continuación dividid ese “sextante” en tres partes: la primera terminaría haciendo un ángulo de 15º; la segunda, otro de 30º; y la tercera, otro de 45º. Así los puntos corresponderían a esas fracciones.
2. La teoría de la hora: en este caso hay que imaginarse un partido de tenis como la esfera de un reloj y hacer una muesca cada 15 minutos. Así una hora estaría partida en cuatro periodos de quince minutos: el que va del minuto 0 al minuto 15; del minuto 15 al minuto 30; del 30 al 45; y del 45 de vuelta al 0.
Así cada punto correspondería a uno de esos cuartos (incluido el final,
el del desempate, en el que gana el que consigue una puntuación de más
de 40).
3. Teoría de los cañones: según los defensores de
esta historia la puntuación tendría como origen los distintos calibres
de los cañones de los barcos ingleses y su orden a la hora de hacer una
salva (disparos a modo de saludo para las autoridades). Primero
disparaban los del calibre 15, al estar en la cubierta principal; después los del 30, situados en la cubierta intermedia; y finalmente los del 45, en la cubierta inferior.
Seguro que no se os ha escapado un detalle: hasta ahora hemos hablado del número 45 cuando en el tenis la puntuación es de 40.
La explicación de este cambio es mucho más simple que todo lo que hemos
mencionado antes: se debió a que es mucho más rápido y sencillo decir “cuarenta” que “cuarenta y cinco”.
Os prometimos al inicio de este post que, además del origen y la
puntuación, os explicaríamos por qué algunos y algunas tenistas gritan
tanto al darle a la pelota. No os inquietéis: no os vamos a hablar sobre
geometría, medidas o historia antigua.
Aquí entran en juego el esfuerzo y la psicología: según psicólogos de la Universidad de Vancouver el tenista sin darse cuenta, percibe que un grito impide
que el contrario se concentre y trate de adivinar la dirección que va a
tomar la bola. Así que instintivamente asocia el grito con el punto.
Puede parecer una tontería, pero los psicólogos han llevado a cabo
distintos experimentos que parecen darles la razón.
Ya os habréis dado cuenta de que el tenis es un juego que, además de pericia, exige una buena cabeza. Y, porque sabemos que tenéis tanto una como otra, el tenis es uno de los deportes estrella