Muchos de nosotros tenemos antivibrador en
nuestras raquetas y estamos acostumbrados a su uso, dando por hecho que,
como su propio nombre indica, “quita vibraciones”.
Sin
embargo, hay algunas cuestiones, como qué clase de vibraciones son
estas, de qué manera actúa y si es realmente efectivo. Quizá no tengas
muy claro cuáles son sus beneficios y por qué usar un determinado modelo
y no otro. Tanto para los que usan antivibrador como
los que no por diversas razones, o para aquellos que están empezando y
se plantean probarlo, esperamos que este post aclare algunos conceptos y
os ayude a disipar dudas.
¿Qué es un antivibrador?
Un antivibrador es una pequeña pieza, por lo general compuesta de algún polímero elástico (goma, silicona, etc…) que se fija a la superficie de la raqueta, limitándolo en sus laterales a través de la cuerdas para que no se salga. Su invento se asocia a René Lacoste, mítico tenista francés que destacó en los años 1920 y perteneciente a la generación de tenistas llamada “los Mosqueteros”.
El peso de un antivibrador
va aproximadamente desde los 2 gramos, el más ligero, hasta los 7
gramos en los modelos más pesados. Debido a su ligereza y a su posición
(en la parte central, cercana al corazón de la raqueta), podemos decir
que apenas varía el peso y el balance, por lo que no va a modificar en
exceso las características de nuestra raqueta.
Tipos de antivibradores
Pese a que hay una amplia gama de antivibradores en el mercado, podemos agruparlos de forma general en dos tipos:
1- Antivibradores pequeños o de botón.
De forma normalmente circular y pequeños, ya que el espacio que van a ocupar limita su tamaño y forma. Va insertado entre las dos cuerdas verticales del centro de la raqueta. Los podemos encontrar huecos por dentro (con forma de “O”), completos del mismo material, o con un núcleo de otro material en su interior (por ejemplo, una cápsula con bolitas de acero) para aumentar su efecto.
De forma normalmente circular y pequeños, ya que el espacio que van a ocupar limita su tamaño y forma. Va insertado entre las dos cuerdas verticales del centro de la raqueta. Los podemos encontrar huecos por dentro (con forma de “O”), completos del mismo material, o con un núcleo de otro material en su interior (por ejemplo, una cápsula con bolitas de acero) para aumentar su efecto.
2- Antivibradores largos.
Son los antivibradores de forma alargada
que se colocan de forma paralela a las cuerdas horizontales. Dentro de
este tipo se distinguen los:
- Antivibradores alargados: Son aquellos que suelen abarcar de 6 a 8 cuerdas verticales. Van insertados a través de pequeñas hendiduras coincidentes con las cuerdas verticales.
El uso de uno u otro va en decisión de
cada jugador, pero debemos tener en cuenta que su longitud es
directamente proporcional al número de cuerdas que ocupa y, por
consiguiente, a un mayor efecto. Sin embargo, ese mayor tamaño puede
resultar más molesto para algunos jugadores. También debemos tener en
cuenta que algunos modelos quedan mejor fijados que otros y habrá menor
probabilidad de que “salten” al moverse el cordaje (esto es importante
sobre todo a nivel iniciación, donde el golpeo descentrado, que es el
que mueve el cordaje, es más común).
¿Cómo actúa un antivibrador?
Para poder entender cómo se transmiten
las vibraciones al golpear la pelota, tenemos que tener en cuenta los
tres elementos fundamentales que interactúan entre sí: la pelota, el
marco de la raqueta y el cordaje.
Debido a su elasticidad, es el cordaje
el que pierde menos energía en el momento del impacto. Esta elasticidad
favorece la devolución de la pelota aplicándola la menor deformación
posible. Es decir, cuanto menos se deforma la pelota en
este intercambio, con mayor potencia saldrá despedida, ya que habrá
perdido menos energía y saldrá a más velocidad. Para comprenderlo un
poco mejor, podemos fijarnos en deportes donde se utiliza una pelota más
dura y menos deformable como el golf y el baseball; en estos deportes
es más sencillo que la bola salga con potencia al impactar.
En cuanto al marco de la raqueta, no es totalmente rígido, y por lo tanto también se deforma durante el golpe, afectando en este intercambio.
Si eres aficionado al tenis, habrás oído hablar de las vibraciones de la raqueta cientos de veces, pero ¿Qué son estas vibraciones?
La vibración es el movimiento de vaivén,
rápido y de poca amplitud, de un cuerpo. Se mide en Hertzios (Hz), que
es el número de veces por segundo que ese cuerpo va y viene de su
posición estable. Una raqueta de tenis vibra entre 100 y 200 Hz (para
que os hagáis una idea mental del nivel de vibración, la cuerda de una
guitarra puede llegar a vibrar 1.000 Hz).
Cuando golpeamos la pelota, se producen dos vibraciones: la del cordaje y la del marco de la raqueta.
Vibración del cordaje: Esta
vibración es la que caracteriza el tono del sonido cuando golpeamos. La
colocación de un antivibrador va a modificar ese sonido, ya que va a
limitar ligeramente el movimiento de las cuerdas con las que está en
contacto. Es por ello que con antivibrador escuchamos un sonido más
apagado y sin él, un sonido más “vivo” o metálico.
Vibración del marco:
Estas vibraciones vienen derivadas de la variación de energía cinética
al impactar. Es la que más afecta a las sensaciones en nuestro brazo, ya
que la vibración en el marco se transmite hacia la empuñadura, el lugar
de contacto con nuestro cuerpo. Es necesario que la raqueta tenga
cierta flexibilidad para que el marco se curve y de esta manera la
vibración derivada al brazo con motivo del choque sea menor.
Naturalmente, la elasticidad del cordaje y la tensión también van a
estar relacionadas con estas vibraciones, ya que atenúan la deformación
al impactar.
Una cosa a tener también en cuenta es lo que llamamos “el punto dulce de nuestra raqueta”,
un punto en el que la sensación al golpear será más suave y potente y
requerirá menos esfuerzo. En este punto la vibración del marco es menor,
pero la vibración en el cordaje se sigue produciendo.
Veremos este tema en profundidad más adelante en otro post cuando tratemos el tema de la epicondilitis o “codo de tenista”.
Todo esto está muy bien, pero… ¿Es mejor o no usar antivibrador?
Ante todo, debemos tener en cuenta que el tenis es un deporte de sensaciones, y el más mínimo cambio en la raqueta
puede hacer que te encuentres más a gusto mientras juegas. Lo que para
una persona es adecuado, puede que a otra no la funcione. Puede que en
todo esto influya una pequeña parte psicológica, la cual está bien si
ayuda a mejorar tu juego. Al colocar un antivibrador, notarás un cambio
en el sonido de tus cuerdas y quizá un tacto algo diferente, pero el
colocarlo no constituye un método universal para jugar mejor o peor.
Estudios científicos han mostrado que un
antivibrador es una pieza demasiado pequeña en relación con el tamaño
de la raqueta como para absorber una cantidad de vibraciones
significativa. Cuando lo que buscas es reducir las vibraciones en tu raqueta de
una manera más drástica, tendremos que tener en cuenta otros factores
como son el peso, el marco (materiales, rigidez y tamaño), la técnica,
la tensión y flexibilidad de nuestro cordaje, etc…
¿Dónde colocar el antivibrador?
La Federación Internacional de Tenis
(FIT) es el organismo que se encarga, a través de su reglamento, de
consensuar a nivel internacional las distintas reglas del tenis. En este
reglamento encontramos reglas que afectan a distintos factores del
juego tales como el equipo adecuado, las dimensiones del terreno de
juego, las reglas referentes al juego, etc…
Concretamente
encontramos el siguiente caso:
“Caso 3: ¿Pueden colocarse
dispositivos para reducir la vibración sobre el encordado de la raqueta?
En caso afirmativo, ¿Dónde se pueden colocar?
Decisión: Sí, pero estos objetos únicamente pueden colocarse fuera de la zona de las cuerdas cruzadas.”